Raquel Martos (@RaquelMartos), Rubén Sánchez (@rubensancheztw) y Pedro Clavería (@peclaveria). 131.176, 101.250 y 111.803 seguidores en Twitter, respectivamente. Grandes usuarios, «dinousuarios» más bien, gigantes de la comunicación que lejos de desaparecer se han adaptado y son los reyes de la creación de este ecosistema de la comunicación social. Nótese el «efecto Twitter», sus palabras eran escuchadas por un aforo de medio millar de personas, mientras que sus tuits llegaban a más de 300.000 usuarios de la red social Twitter.
La sesión, prometía, no sólo por lo que supone el gancho de la adicción, de la viralidad, del estrellato, sino porque también se habla de las palabras y conceptos que marcan la personalidad de Twitter: influencia y necesidad y, si acaso, responsabilidad. Ante tanto «dinousuario», el moderador, Juan Francisco Delgado, presidente del Consorcio Fernando de los Ríos que, entre otros afanes, lidera Guadalinfo, emplazó a esta troika de «cracks» a destripar los secretos para ser seguidos por tanta gente. Los presentó según su propia biografía que luce en sus cuentas de Twitter.
Pedro Clavería es uno de los perfiles más influyentes en redes sociales de Twitter de España, es CEO de CupoNation España y Latinoamérica. Su biografía tuitera dice: «Comparto fotos y vídeos. #Marketing #Publicidad . Te invito a sonreír, yo pago. Llegar al límite es solo la mitad del camino. A veces creo startups de ecommerce». Todo un currículo en 140 caracteres. Le acompañaba Raquel Martos: «Periodista, guionista y experta en perder llaves. Los lunes me asomo a la Ventana de Francino y a Infolibre.es «Los besos no se gastan» es mi primera novela». Completaba la sesión Rubén Sánchez: «Periodista. Activista en la #luchacontralosabusos de empresas y gobiernos. Portavoz de Facua En la Resistencia», que es el responsable del usuario de FACUA, la organización de consumidores, cuyo usuario en Twitter supera ya los 100.00 seguidores y dice: «Lucha contra los abusos. Únete a nosotros. Únete a FACUA.La fuerza de los Consumidores en Acción».
Las intervenciones
Una vez presentados sus perfiles, Rubén Sánchez fue el encargado de romper el «time line» con una primera intervención en la que dejó claro el uso de Twitter en una organización como FACUA, reivindicativa y crítica: «Estamos ante una herramienta que genera un magma de movilización y revindicación masiva donde la clave es el el bien común». Tras la declaración de principios, la primera pista para lograr más de 100.000 followers, el objetivo de la sesión: «La clave es tener influencia en ese tema que nos interesa, no tanto los seguidores y su número». Y se explicó: «En Facua damos armas para que la gente resuelva problemas, lo que nos da influencia para remover conciencias ymovilizar a los consumidores». Y por tanto, «cualquier ciudadano puede provocar una movilización con Facua».
Pedro Clavería tomó la palabra a continuación y dejó claro que para el éxito en Twitter «lo primero es saber qué puedes aportar». En segundo lugar aventuró que «luego hay que ser activo y constante. No vale tuitear diez días o un mes, solamente», dijo como ejemplo. En tercer lugar sacó un tema realmente interesante: «Por último, tienes que conocer a tu audiencia». Y encandenó con el primero de los ponentes para coincidir que «estoy con Rubén Sánchez en que cada uno habla de lo que quiere o sabe, pero tengo que saber lo que quiere mi audiencia».
Raquel Martos abrió el abanico del discurso y explicó con precisión que «Twitter es una conexión de sensibilidades del tipo que sea, desde el humor al a política a la denuncia, a Justin Bieber… Al final es una conexión de sensibilidades, donde más que seguirle te haces de su pandilla». Seguidamente, reconoció que «para tener tantos seguidores tengo una trampa, que es haber salido en un programa de TV de éxito». Y razonó para terminar que «hay un truco muy sencillo, ser un borde y un polémico, discutir, retuitear y alimentar el troll. Así subes seguidores. La cuestión es si queremos tener un número de seguidores o influencia que no tenga por qué medirse en cifras. Me da miedomedir todo en números», terminó.