Entre políticos y políticos, la organización programó un receso gastronómico: un piscolabis en los soleados jardines del Parque de las Ciencias de Granada y la intervención del cocinero Alberto Chicote, de «Pesadilla en la cocina», que fue presentado por el crítico culinario de IDEAL, Pablo Amate. El intermedio estuvo bien porque demasiada política –y más en los tiempos que corren– puede generar indigestión.
Total, que después de Chicote tomaron el escenario Juan López de Uralde (@juralde), portavoz del movimiento social Equo -una formación política emergente que aspira a contribuir a la derrota del bipartidismo- y José Antonio Pérez Salas (@JoseantonioJun), el «ciber alcalde» socialista de la «ciber localidad» granadina de Jun, que fue el primer lugar del mundo que otorgó la categoría de derecho prácticamente fundamental el acceso a Internet, lo que se tradujo en una campaña publicitaria de carácter planetario. Medios de Comunicación de toda Europa y de Estados Unidos pusieron los focos sobre Jun.
Rodríguez Salas tuvo el ojo clínico de subirse a la ola de Internet cuando casi nadie la había visto venir y su pueblo se convirtió en un «gurú» de la red. De eso habló ayer -con la ayuda de un vídeo que reunía diversos reportajes televisivos sobre el municipio -y también de cómo Twitter ha cambiado la vida de sus vecinos. Según relató, cualquiera de sus paisanos puede proponer los asuntos que han de debatirse en el pleno y basta con que uno de ellos lance un «tuit» para pedir la reparación -por ejemplo- de una baldosa, para que los operariosmunicipales se pongan manos a la obra.
Por su parte, López de Uralde, un activo ecologista, indicó que, para Equo, Twitter y las otras redes sociales son fundamentales para llegar a la gente. Si no fuera por esas herramientas, estarían condenados al anonimato. «Los grandes medios no nos prestan atención», enfatizó. Pérez Uralde admitió que en el seno de Equo habían sopesado la posibilidad de ganar presencia en Twitter con comentarios y comportamientos heterodoxos -gracietas, etc-, pero descartaron esa alternativa. «Preferimos ser como una ola y no como un tsunami, porque cuando se retira el tsunami, todos sabemos lo que queda: escombros». De todas formas, el portavoz de Equo reconoció que con Twitter no basta para llegar a todos los potenciales votantes: también son necesarios los medios de comunicación tradicionales.