Una concursante de la versión estadounidense de Gran Hermano entra en una heladería de Londres y pide -es un poner- un cucurucho de chocolate. Le atiende una camarera española. La «estrella» televisiva se va sin pagar y la dependienta lo cuenta en un «tuit». La «noticia» llega a las grandes cadenas yanquis y entrevistan a nuestra compatriota. Paralelamente, los dueños de la heladería en cuestión comunican a la chica que no se moleste en volver, que está despedida. Cara y cruz. Así es Twitter. En el minuto uno, la gloria, y en el dos, la caída. Y viceversa.
Esteban González Pons (@gonzalezpons), diputado en las Cortes y vicesecretario de Programas del PP, ilustró con esta historia real lo que puede ocurrir cuando alguien se adentra en un red social. En este caso, la «heroína-víctima» era una persona anónima. Si hubiera sido un político, habría dado lo mismo lo que hubiese hecho.De todas, todas habríametido la pata. «Si eres político, hagas lo que hagas enTwitter te equivocas», dijo el responsable del PP en un tono entre resignado y divertido. De lo cual se deduce que los miembros de la red social de los 140 caracteres no son amables, por decirlo suavemente, con los políticos. Sin embargo, González Pons se definió a símismo comoun «tuitero» que está en la política». Habrá quien diga que el congresista del PP es masoquista. Pero no van por ahí los «tuits». Como experto en comunicación, sabe que hay que estar en todas partes. Aunque te lluevan las bofetadas y haya «internautas dinamiteros» que se empeñen en crear perfiles falsos, que es lo que le ocurre a él. De hecho, se quejó de que ha denunciado esa situación con reiteración, pero sus quejas no han tenido eco. Y lo dijo ayer en Talking About Twitter, un congreso sin precedentes -organizado por IDEAL- para dialogar sobre la célebre red social.
«Trending topic»
El diputado popular compartió escenario con el socialista Patxi López (@patxilopez), exlehendakari del GobiernoVasco, y el periodista Fernando Jáuregui, que ejerció de moderador y presentó a los dos políticos -también estaba invitado un representante de Izquierda Unida: se tentó aAlberto Garzón y Gaspar Llamazares, pero finalmente ninguno de los dos pudo estar en Granada- como «canteranos» conmucho futuro por delante. De López, sin ir más lejos, se dice que aspirar a suceder aAlfredo Pérez Rubalcaba al frente del PSOE. Jáuregui le sacó el tema en un par de ocasiones, pero el vasco se escabulló.
González Pons, en cambio, no se mordió la lengua casi nunca. Fue el más políticamente incorrecto. En este sentido, destacó las fortalezas de Twitter, pero también sacó a relucir sus debilidades. «Si hemos sido «trending topic» es que hemos dicho alguna chorrada», sentenció cuando Jáuregui anunció que la conversación entre el popular y el socialista estaba siendo en ese momento -aproximadamente, a las 11,30 minutos de la mañana- el acontecimiento más comentado entre los «tuiteros» españoles.Una conclusión al respecto: puede que la población vea a los políticos como un problema -y así lo certifica elCentro de Investigaciones Sociológicas encuesta tras encuesta-, pero lo que dicen los políticos, pese a quien pese, sí interesa. Las chorradas y lo que no lo son.
«Cuadernodebitácora»
Patxi López no fue tan ácido como su oponente. El exlehendakari dedicó buena parte de su intervención a recordar como cayó en la Red. Curiosamente fue su paisano Eduardo Madina, que también suena, ymucho, para dirigir al PSOE a medio plazo, el que le introdujo en Internet. Empezó con un blog en el que daba a conocer sus gustos musicales y cinematográficos o sus opiniones sobre hechos cotidianos. «Era un espacio de libertad personal», resumió. Pronto, aquel «cuaderno de bitácora» -que pena que este término haya caído en desuso entre los internautas- se le quedó pequeño y fue «enredándose» cada vez más hasta aterrizar en Twitter. Ayer, en Granada, reconoció que en esa red social es más observador que escritor. «Leomás que «tuiteo»», afirmó. También destacó que la «inmediatez» de Twitter le permite conocer
de primera mano lo que preocupa a la gente y explicó que se somete a «tuit entrevistas» con frecuencia, lo que le ha servido, por ejemplo, para conversar con el 15-M.
Coincidencias
Al igual que González Pons, López también admitió que recibe insultos, pero prefirió quedarse con lo bueno. «A través de Twitter, estoy participando en una campaña para promover la alfabetización de mujeres de África», señaló. Ya en el turno de las preguntas, González Pons y López negaron que Internet les sirva como parapeto para evitar el contacto directo con los ciudadanos y aseguraron que el hecho de que los agentes más activos en Twitter sean los políticos y los periodistas -que tan mala prensa tienen (tenemos)- no compromete el futuro de la red social, aunque alertaron sobre el riesgo de que cualquiera ejerza de informador, esto es, sin las debidas cautelas profesionales. Ambos también coincidieron en que Internet puede significar la defunción del día de reflexión previo a unas elecciones.
En general, el socialista y el popular tuvieron más acuerdos que discrepancias. Era comosi el «buen rollito» que emana del recién estrenado pactismo entre Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, y Pérez Rubalcaba se hubiera contagiado a todos los responsables de ambos partidos. Incluso una militante del PP se fotografió con López.