Joan Carles March | Profesor de La Escuela de Salud Pública de Andalucía
Eduardo Schell | Periodista, padre de mateo #medulaparamateo
Amalia Arce | Pediatra del Hospital de Nens (Barcelona)
Manuel Bayona | Director gerente de los hospitales San Cecilio y Virgen de Las Nieves
Serafín Fernández | Enfermero de la factoria.com
Uno de los últimos debates del día se centró en la necesidad de que los profesionales de la medicina estrechen lazos con los verdaderos protagonistas de esa ciencia: los pacientes. «Pero entre los médicos existe miedo a relacionarse por la vía de las redes sociales con sus enfermos», adelantó Manuel Bayona, gerente de los hospitales deGranada y moderador de la mesa.
Solo el 12% de los hospitales españoles tiene cuenta de Twitter, pero algunos sanitarios ya están empezando a enmendar esa realidad, convencidos de que hablar de tú a tú con el paciente es beneficioso para la salud del sistema sanitario y de sus usuarios. Manuel Bayona es un convencido de esa proximidad y así lo dejó claro: «Con el poder de las redes sociales el usuario y su familiar ya tienen un papel preponderante».
A su lado, Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, contó la experiencia de la Escuela de Pacientes, que él abandera. «El enfermo es el recurso menos utilizado del sistema, se hacen muchas cosas para él, pero sin él. Nosotros buscamos que la población participe. Hay que romper la dinámica del paternalismo y por eso Twitter permite pasar del usted al tú. Un paciente empoderado, que es experto en su enfermedad y que se comunica, funciona mejor. Tiene menos reingresos», espetó el comunicador, quien confesó que con Twitter se acuesta y con Twitter se levanta.
«Es fundamental que al otro lado de la red haya alguien. Al obtener respuesta, el enfermo cumple más con su medicación y tiene mayor apoyo emocional», valoró March.
La pediatra del hospital de Nens Amalia Arce, que gestiona la cuenta de esa institución barcelonesa, se inició en el cibermundo sanitario con un blog centrado en narrar su doble faceta de madre y pediatra, además de dar consejos sanitarios y resolver dudas. «Yo soy un poco suicida en esto. Soy la friqui del hospital. Cuesta que el médico entre en el cibermundo, porque por lo general somos muy celosos de nuestra profesión y de nuestra agenda…», retrató.
La doctora Arce, hace unos días, colgó en las redes sociales la radiografía de un paciente suyo con una moneda en la glotis. «Pones la placa y eso ayuda a que los padres tengan más cuidado. Mi hospital es muy pequeño, especializado en niños, y yo llevo la cuenta. El valor añadido es que los tuits los hacemos los profesionales directamente. Soy muy libre, pero no tuiteo nada que no pueda leer mi jefe y mi madre», adujo.
Serafín Fernández, enfermero de la ‘Factoria.com’ y asesor sanitario a través de Twitter, dijo que se suelen buscar las soluciones a las patologías en Internet, «pero en salud no todo vale», por eso apostó por revisar la fiabilidad de las fuentes.
Desde el punto de vista más emotivo y personal, el periodista Eduardo Schell, promotor de la campaña ‘Médula para Mateo’, narró su experiencia como padre de un niño al que se le diagnosticó leucemia con solo dos meses de vida. «En la web ‘medulaparamateo.com’ explicamos todo el proceso necesario para ayudar a mi peque y a todos los Mateos anónimos del mundo. En esa página concienciamos y explicamos que donar es fácil y que hace falta. Creo en las redes sociales y sobre todo en Twitter, nuestra causa fue trending topic. El objetivo de 2013 era llegar a 12.000 donantes y, gracias a gente conocida, a artistas, a deportistas amigos míos… se dispararon las inscripciones en el registro nacional con casi 30.000 donantes nuevos», celebró este impulsor de la cesión de médula, que demostró que Twitter también puede cumplir una función social. El papá de Mateo pidió, por último, más implicación de las instituciones en la lucha contra el cáncer infantil.