Talking about Twitter ha dejado claro que la importancia de esta red social es definitiva. A lo largo de esta mañana de jueves se han tratado varios temas -desde la desinformación a la analítica-, y ha habido un momento especial para la ciencia. Esta ocasión la ha protagonizado el Instituto de Astrofísica de Andalucía, de manos de Emilio J. García, responsable de la Unidad de Cultura Científica.
La intervención ha servido para desengrasar la mañana de esta novena edición de Talking About Twitter, densa en conceptos y pródiga en datos; y también para aligerar los sesudos temas científicos, ya que ha tenido un formato basado en el popular juego Trivial Pursuit, con preguntas y respuestas en torno a una intervención englobada bajo la siguiente idea ‘No tenéis ni tuit de ciencia’.
El reto empezó con el público activo. «Que levante la mano los que crean que sepan de ciencia». Y el presentador, Iñaki Cano, explicó el método de preguntas y respuestas, además de recordar que hay que tuitear con la etiqueta correspondiente. Dicho esto, y con las reglas claras, se aplaudió la llegada al escenario de TATGranada «del profesor que nos va a examinar».
Hablábamos hace unos párrafos de desengrasar, y el profesor Emilio J. García comenzó con unos chistes que lanzaba a las pantallas del escenario. El público derrochaba carcajadas. Un ejemplo, una pareja en un coche y un diálogo:
-¿Te gusta la Astronomía?
-Sí, soy piscis
Abundo en este momento el profesor en la actualidad de la ciencia y en que la ciencia es en estos momentos en la sociedad un tema de actualidad. De forma que los científicos son llamados para hablar casi de cualquier tema. Pero como estamos graciosos esta mañana de Talking About Twitter, Emilio J. García bautizó este fenómeno como ‘El efecto cuñao’, que lo mismo sirve para opinar de las vacunas que del fuera de juego de Mbappé en la final de la semana pasada contra España. Y más risas del público. Desengrase ‘in progres’.
Comienza el Trivial
El Trivial comenzó no sin antes explicar el ponente que no era de ciencia. «Es de Astrofísica. Os voy a llevar a mi terreno». La primera, sencillita.
Claramente, fue un chiste más que arranco las risas del público. A continuación, más en serio, se lanzó la primera pregunta, ya de verdad:
Mientras, el científico explicó la materia de las estrellas. Después, se contabilizaron las respuestas. Ganó la número 3 con un 72%. Pero como es tema científico, requiere una explicación. «Está bien en régimen básico. Pero si bajamos la temperatura cerca del 0 absoluto aparecen dos estados más, los condensados. Incluso en condiciones extremas hay muchos más. Y teóricamente muchos más».
«Pero la pregunta tiene truco, continuó. Preguntamos por la materia ordinaria, que somos nosotros las estrellas y las galaxias. Pero el Universo está hecho de materia que no emite luz y existe entre las galaxias y alrededor de ellas. No sabemos mucho de este tipo de materia pero sí que no es la nuestra. Es la materia oscura y probablemente también tendrá sus estados». Reflexionó sobre las dimensiones. «El Universo está compuesto por un 20% de nuestra materia y un 80% de materia oscura. Es decir, somos los bichos raros de la fiesta». Y la conclusión: «Así que no sabemos cuántos estados hay de la materia».
La pregunta sirvió para hablar de planetas y galaxias. Contó el profesor que hay 600.00 asteroides de diferentes tamaños dando vueltas alrededor del Sol. «Afortunadamente tenemos un escudo que es la atmósfera que nos protege, la mayoría de las veces se evaporan pero otras veces llegan a la tierra, son los meteoritos».
¿Qué respuesta crees que ganó? Estaba claro, Bruce Willis lo destruirá.
Para explicar este concepto del tamaño del Universo Emilio J. García recurrió a los viejos mapas del siglo XIX, llenos de dragones porque no se sabía que había en esa parte de nuestro planeta. Citó a Edward Quin, que envolvía lo que se desconocía en una espesa niebla hasta que en 1832 se logró cartografiar toda la Tierra.
El ejemplo sirve para explicar que lo mismo sucede con el Universo, un lugar donde las cifras son tan enormes y con tantos ceros que uno se queda infinitesimalmente pequeñito. Es lo que más respondió la gente, infinito, un 44%.
Otra de las grandes preguntas de la Humanidad. El ponente hizo que el público juntara sus dedos. «El espacio que queda es el que se ha investigado. Pero luego apuntamos el telescopio Hubble hacia otro lado y salieron 10.000 galaxias más». Y el debate sigue. «Para que se diera la vida aquí en la Tierra tuvieron que suceder muchísimas cosas. Y, por eso, hay gente que opina que la vida es un accidente y que no tiene por qué repetirse otra vez».
Llegó entonces a la Paradoja de Fermi. Dice que si hay tantos planetas en el Universo por qué no hemos contactado con los extraterrestres. Entonces lo explica con un chispazo. «La vida es un chispazo, y para mantener el nivel tecnológico se necesitan muchos recursos que al final se cargan el planeta. Así que si hay civilizaciones ahí afuera también son chispazos. Y tienen que aparecer lo suficientemente cerca para poder conectar». Y, terminó, «quizá antes de comunicar con los extraterrestres, mejor comunicar entre nosotros».
El profesor, entre una sonora ovación, terminó por desvelar el secreto de las cuatro preguntas. «Al final son cuatro preguntas de filosofía, y la respuesta más honesta es ‘No lo sé, pero probablemente también es la más correcta».