Las nueve ediciones de Talking About Twitter han contado siempre con algún ponente que habla de libertad, de derechos, de revolución, de las personas. La idea es que Twitter es también una herramienta de transformación social que propicia el cambio. Twitter tiene aires de libertad. José Miguel Vivanco, abogado de la organización Human Rights Watch (HRW) fue el encargado en esta ocasión de compartir sobre el escenario el caso de Latinoamérica en su ponencia titulada ‘Twitter y la libertad. El caso Latam’.
Hay que tener en cuenta, para empezar, que la cuenta de Twitter de Human Right Watch en inglés tiene 4,7 millones de seguridad; y en español, 335.000. Un aluvión. Un ejército de fieles que les permite desarrollar su trabajo de forma global.
Explicó que HRW es una organización de la sociedad civil que cubre la situación de los derechos humanos en el mundo entero, «y lo hacemos con nuestros propios recursos». «Documentamos en función de lo que establecen los tratados internacionales en vigencia en materia de libertades públicas y derechos fundamentales. Son situaciones donde se cometen masivas o selectivas lesiones de los derechos, torturas, detenciones arbitrarias o violaciones del derecho de expresión».
El ponente confesó que «las redes sociales, y en especial Twitter, se han vuelto para nosotros una herramienta fundamental para la defensa de los derechos humanos». Puso ejemplos. En sociedades cerradas como Cuba son un vehículo revolucionario para que la población pueda comunicarse con un mínimo de libertad. Sirven para denunciar abusos y organizar protestas pacíficas como la del 11 de junio pasado. «El fenómeno de protestas pacíficas y masivas que vimos en Cuba no podría explicarse sin las redes sociales».
Las redes sociales también son fundamentales para la defensa de los derechos humanos en sociedades abiertas. «Ya sea en países plenamente democráticos o en países que están en riesgo por ataques de gobiernos con tintes autoritarios», comentó.
Añadió que «permiten que se difunda información de forma rápida y sencilla y facilitan el acceso a fuentes de información». Puso como ejemplo los abusos policiales en Perú y Colombia, «donde muchísimas víctimas y familiares nos contactaron a través de Twitter y pudimos corroborar y verificar sus casos para incluirlos en nuestros informes».
Tres ejes principales
Tras esta extensa introducción, el conferenciante fijó los tres desafíos principales. El primero es la legislación oficial que amenaza al ejercicio de la libertad de expresión on line. «En Latam, por ejemplo, en agosto de este año, Cuba anunció el decreto ley 35 que regula las telecomunicaciones incluyendo internet y los incidentes en ciberseguridad. «El decreto, que su objetivo es defender la revolución cubana, pide a los proveedores que suspendan los servicios cuando un usuario publique información falsa o que afecte a la moralidad pública».
La valoración de HRW es tajante. «Se trata claramente de imposiciones vagas e indecisas, inconsistentes con los derechos humanos, fácilmente utilizables para censurar o violar derechos fundamentales. O pueden legitimar ataques selectivos contra críticos con el régimen cubano».
El segundo se refiere a cuando los comentarios no agradan y los usuarios son bloqueados por parte de presidentes y máximas autoridades de gobiernos. Una conducta que no debe permitirse porque impide el debate civil, confió. Respecto a los desafíos de la moderación, contempló que «debería ser aplicada de forma justa y consistente a todos los usuarios».
La intervención terminó con una nutrida ronda de preguntas de los asistentes y una sonora salva de aplausos.