Siro López | Periodista Deportivo
Pedro Pablo Sanmartín | Subdirector de As
Eva Turégano | Directora de Comunicación de la Liga de Fútbol Profesional
Parecía un plató de televisión, a esas horas de madrugada en las que los programas hierven con la fiebre del fútbol. Pero era el escenario del Parque de las Ciencias, en la conclusión del TAT Granada. Twitter y periodismo deportivo es un cóctel explosivo con el que se cerró el congreso, con la participación de Siro López, periodista de Mediaset; Pedro Pablo Sanmartín, subdirector de As; y Eva Turégano, directora de comunicación de la Liga de Fútbol Profesional.
La sorpresa la dio Iñaki Cano cuando convocó a Sor Lucía Calam para que participara también en el debate futbolístico, como reconocida hincha del Barcelona que es.
Tras algunas bromas en relación a los últimos acontecimientos, con la conclusión del campeonato o la final de la Liga de Campeones, más alguna alusión atrevida de Sor Lucía, avanzando que el Barça ganaría todo el año que viene y que Messi se ha preparado para el Mundial «porque este año ha estado haciendo el camino de Santiago», Siro López tomó la palabra para analizar lo que ha supuesto Twitter para su profesión.
«Antes hablábamos siempre desde el púlpito. Dijeras lo que dijeras, parecía que se aceptaba. Twitter nos ha permitido esa cercanía con la gente y darnos cuenta de que la gran mayoría estamos equivocados. Lo malo son siempre los insultos. La posibilidad desde el anonimato de hacer lo que no harías a la cara. Pero es una gran herramienta para los que estamos ahí, en los medios. Es muy importante para saber lo que piensa y siente la gente».
Turégano fue crítica con situaciones. «El periodismo ha perdido así un poco de nivel. La herramienta es buena, útil, un bien necesario. Pero los jóvenes que no han vivido el anterior periodismo se confunden. Creen que todo lo que sale ahí va a misa. A las nuevas generaciones habría que ofrecerles formación en redes sociales», esgrimió.
Sanmartín fijo sus miras en un ejemplo concreto, muy peligroso en los medios. «El peligro es adelantar en Twitter lo que tienes que dar en tu diario. Empezamos a buscar periodistas que sepan manejar las redes sociales para evitar estos problemas. Hace dos veranos, un becario tuiteaba la portada del As cuando la estábamos haciendo. Duró cinco minutos. Este becario no tenía la suficiente inteligencia para darse cuenta que el mayor activo del periódico lo estaba desvelando».
El subdirector de As puso el dedo en otra llaga. «También hay que saber distinguir la verdad de la mentira. Muchos quieren ser médicos, seleccionadores, pero también periodistas. Hay gente que dice algo pretendiendo que cuele. No todo vale. ¿Cómo se distingue la verdad? Nos perjudica muchísimo que se lance un bulo en la red y te vuelve loco», explicó.
Defensa
López sin embargo repasó las bondades de la plataforma. «Es un arma maravillosa. No es responsabilidad de la red que haya ‘fakes’ o que los periodistas cometan errores. No será el primero ni el último periodista que publica cosas en prensa con noticias que son falsas. Eso ha pasado siempre pero lo que tienes que hacer es confirmarlo, el saber de dónde vienen, si esa cuenta de Twitter es veraz. Yo pediría a la gente de Twitter que verificara algunas cuentas más de periodistas. Creo que es bueno para la red y los que trabajamos con ella. Por ejemplo, ha pasado con informaciones que aparentemente venían de Inglaterra en las que se ha entrado al trapo».
Sor Lucía mostró sorpresa por las repercusiones que ofrece el fútbol. «El espíritu deportivo de la gente normalmente es agresivo en Twitter. A veces es como una religión fanática. Saca lo mejor y lo peor. Un día estaba viendo al Barcelona y un periodista catalán me preguntó si odiar a Mourinho es pecado. Yo le dije que no me gustaba hablar de pecado, pero no tenerle simpatía puede ser una virtud, como broma. Al día siguiente, el Mundo Deportivo puso que yo había dicho que no ser del Barça es pecado. Me estaban liquidando como nunca en Twitter. Días después en el campo del Espanyol había una pancarta que decía: ‘que Dios la perdone, los pericos no podemos’», apuntó con gracia.