El SIDA es un concepto complicado de analizar en Twitter. Obliga a separar “a los buenos de los malos”. Alejandro Romero, consejero delegado de Alto Social Analytics, y Miguel Castro, de la Fundación Bill and Melinda Gates, han contado este lunes en TAT Granada las dificultades con las que se encontraron al estudiar la influencia que en las redes sociales se ejercía sobre esta enfermedad. Y descubrieron que cerca de la mitad de los comentarios que se realizaban en la red social eran spam, lo que ellos catalogaron como “lo malo”. En el lado opuesto, una infinidad de artículos científicos, tuits con conciencia e imágenes con sentido e información: “lo bueno”.
Para ello hay “un conjunto de capas de análisis”. Romero ha explicado que una de la belleza de las redes es “que se construyen solas”. Por esto, es obligatorio “identificar tendencias y preclasificar la información, además de la interpretación de un analista”. Usando una cita bíblica, que los ponentes han incluido en su exposición, “el cordero siempre vive con el lobo”. En Twitter, “hay que vivir con cuidado, porque donde hay corderos puede haber algún lobo”.
Ambos han coincidido en que una cuestión como el SIDA refleja lo que significa vivir en el Sur o en el Norte. En los últimos años se ha reducido el coste de los fármacos que luchan contra el SIDA y el número de personas en tratamiento ha subido. Esto “nos da la idea de que existe un futuro”. Esta perspectiva, juntada a una obsesión, según Romero, “por la transparencia y la claridad” dio como resultado un análisis del impacto social del SIDA en Twitter.
Millones de interacciones
Ahí nos encontramos millones de interacciones, pero no todas valen. Más de la mitad se deben desechar porque son spam y se dedican a aprovecharse de esta enfermedad en beneficio propio. Separado el grano de la paja llega el momento de realizar el análisis. También hay que realizar una selección, porque tuits del Tea Party en los que se aseguraban que la solución a esta enfermedad era el matrimonio tampoco eran válidos. Entre la inmensidad, se escondía una gran movilización que buscaba abrir al mundo tuitero una perspectiva global sobre el SIDA y cómo vivir con él.
“Nos llamó la atención que había millones de interacciones”, ha asegurado Castro. “Descubrimos que estaban trabajando onegés, minorías y encontramos comunidades relacionadas con el SIDA. No siempre hay una relación directa entre la influencia y el número de seguidores”, ha recalcado. Para ello las herramientas no bastan. Es necesaria una interpretación que analice determinados conceptos como, por ejemplo, el “estigma social o lo bueno y lo malo. Son términos relativos”.
Juntos llegaron a la conclusión de que había “más volumen e influencia entre la gente buena”. “Estaban contribuyendo al debate”, ha explicado Romero. Y lograron dar varios toques de atención a Twitter para cancelar las cuentas de spam: “Twiter es efectivo para estos problemas”.